En esos momentos en los que el mundo se fatiga, en ese aliento que se condensa con la llegada del invierno y ahogada en esa mirada glacial se esconde un boceto de lo que eres y no quieres ser. Tejes evasión y sólo te abrigas con ella. Quieres escapar de la voz que te retiene aquí. Estoy dispuesto a esperar encima de todo este invierno, pero si no nadas tú, tampoco puedo hacerlo yo.
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